Una Institución de antaño, también para el Siglo XXI.
Aceptar el Tiempo y adaptarse a él es fundamental
para vivir y sobre todo permanecer como una Institución Viva.
Nunca, jamás hay que temer a la renovación, al canbio necesario
desde el respeto profundo al pasado. Respirar un aire nuevo
y guardar el tesoro de los años que ofrecen prestigio y valor.
Aires nuevos y antiguos en conjunción, en armonía para alcanzar
la deseada permanencia en una sociedad en transformación.
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