Hermosa Aldaba de una preciosa Casa en el Albollón. Martos.
Como siempre digo, es una Calle rebosante de sorpresas agradables.
La mirada no descansa en ella y la belleza se presenta en detalles que salen
a nuestro encuentro.
Ascender o descender de forma pausada, con el deseo de conocer, aprender
y descubrir la espléndida serenidad renovada día tras día y siempre a nuestro lado.
LLamar a la puerta, tocar una aldaba es un regalo que todavía permanece en Martos.
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