El profundo Tronco de la Vida. Mirada a un Olivo Centenario de la tierra de Martos.
La Roca Encantada siente la escasez de Agua, aguarda las aguas de la Primavera.
Nuestra tierra tiene Sed y los olivos permanecen elevados a pesar de tanta necesidad.
El Árbol Sagrado ruega por el descenso de las aguas del cielo. Sus raíces penetran
en la tierra en busca del soporte vital y los troncos se estremecen cada amanacer, cada
día con la esperanza puesta en el cielo. La Ciudad de Martos ruega a Nuestra Señora
de la Villa, la Doncella de las Aguas Celestes para saciar la inmensa sed de esta tierra
tuccitana. No te olvides Madre Labradora y escucha con bondad las plegarias incesantes
de Martos.
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