jueves, 10 de enero de 2019
Martos desciende hasta el llano despacio. Hasta sus inmensos campos de olivos.
Y siempre en íntima relación con nuestra Peña, pues no dejan de mirarse,
las sierras y montes que crean el gran horizonte.
Colores que dan vida a las miradas desde esta antigua Ciudad, verde, azul, blanco
y otros muchos surgen y forman en conjunción un estrecho abrazo.
Martos baja de las alturas en sus calles para compartir el llano y hacelo suyo, sentirlo,
amarlo en el verde intenso que refleja su muy amada tierra.
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