La Preciosa Calle Real también tiene sus Dragones. En Martos.
Detalle de las magníficas puertas de una Casa excelente en la Calle Real de San Fernando.
Los recuerdos vienen a mi mente y nacen del corazón de un niño.
Una persona entrañable, un médico amable y cariñoso en esta mansión, antaño de puertas
abiertas. Pasado el zaguán, aparece el espléndido vestíbulo, recibidor de la Casa.
Y una imagen muy especial llega con fuerza, una gran jaula y en su interior un loro que habla.
Me encantaba mirarlo, ver sus movimientos y escuchar despacio los sonidos. Para un niño
es un placer descubrir y sentir una sorpresa, una sensación tan intensa y maravillosa.
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