Calle Campiña de Martos. A vista de pájaro aparece triste y en profunda
soledad. Antaño rebosante de vida, emergente, elevada y sublime. Senda
bulliciosa, inquieta, animada por el intenso aliento y las miradas incesantes
de multitud de personas.
Ahora tu corazón se muestra cansado, sin ilusión, aunque nunca es tarde
para recuperar la emoción y los pasos de ayer.
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